Gracias familia y amigos por sus palabras, recuerdos y testimonios de la vida de mamá. Me alegra saber que disfrutaron de sus consejos y su cariño en tantas diferentes formas.
Gracias a mis hermanos y cuñadas por hacer posible rodearla de amor y cuidados hasta sus últimos momento. Gracias Li por ser otra hija más, Javier, Evitsa, Alexis, Oscar por su constante apoyo.
Gracias a mis tíos, primos, amigos del colegio, de la universidad, del trabajo, de vida porque de una u otra forma crearon una red de apoyo para permitirme estar con ella la mayor parte del tiempo sin descuidar mis otras responsabilidades.
Yo creí que después que murió papá yo acomodé mi vida alrededor de la de ella pero en verdad, fue ella quien acomodó la mía. El Alzheimer se llevó a mi mamá fuerte, activa, a la que le gustaban las muñecas, los peluches,coser y las plantas; a la que no le gustaba ver televisión pero sí leer y copiar poemas, pero no se llevó su esencia. Su amor maternal, su sonrisa, siempre estuvo ahí, hasta el último día.
Ella y papá nos enseñaron a tener siempre un lugar en la casa para el que llegara cansado y una palabra amable para el abatido.
No siento dolor porque murió en mis brazos así como papá murió en los suyos, quién no querría descansar rodeado de aquellos que lo aman. A pesar que su fragilidad y condición hacían presagiar un final inminente, siento que se fue muy pronto y me quedó todavía mucho amor para darle porque fue mucho lo que me amó. Ahora está con papá, su "vida" como se llamaban entre ellos y la sé feliz. Gracias a todos, los quiero.
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