Es con preocupación que leemos aquí las noticias de la invasión a Ucrania por parte de Rusia, que si bien parecía estar largamente anunciada, no deja de conmover pensar en cuántas familias como las nuestras se ven obligadas a dejar sus hogares tratando de alejarse de la violencia y muerte que estos sucesos traen.
Nos preocupa también las consecuencias que una intervención de US pueda tener en este conflicto si no llega a resolverse por el camino de las negociaciones. Estamos conscientes del deterioro económico y político generalizado en todo el mundo producto de intereses de diversa índole, en la que no se destaca el del bien común,y agravado por la pandemia, pero un conflicto internacional es algo que, ojalá, todos los gobiernos tratarán de evitar.
Yo espero sinceramente que mis queridas sobrinas y los sobrinos nietos (y hasta bisnietos) que tenemos mis hermanos y yo puedan disfrutar de un mundo tal vez venido a menos y con muchas fallas pero con posibilidades de poder recuperarlo para bien.
Me encantaría poder disfrutar de pasar tiempo con ustedes, mi familia, de la que he estado alejada por varios años y a la que veo esporádicamente aunque sea una vez al año (gracias Mili por eso y por tus constantes esfuerzos por hacer del Thanksgiving Day todo un evento).
Y también me encanta estar aquí, disfrutar mi casa, mi tiempo libre. No puedo, como antes, salir a cenar con los amigos no solamente por temas del distanciamiento social sino por la inseguridad que se vive en el país que nos obliga constantemente a mirar alrededor por temor a un asalto o regresar a casa antes que anochezca.
La pandemia se llevó muchas cosas y personas, pero trajo otras: inseguridad, falta de empatía, polaridad, indolencia… yo recuerdo que antes si el pan subía 10 céntimos la gente salía a marchar a la calle, ahora todo está caro pero como mucha gente tiene tarjetas de crédito no lo sienten y los que no, se resignan y compran menos. El nivel de pobreza ha aumentado muchísimo, todo es un caos por la cantidad de ineptos que hay en todos los ministerios y los que no son ineptos, tienen denuncias de todo tipo y en el Congreso igual. Además que hacemos si sacan al gobernante de turno (que de seguro irá a la cárcel como los últimos 5) si no hay ningún líder que pueda dar alguna esperanza de cambio en el país?
Somos lo que pensamos y si constantemente estoy angustiada, preocupada o estresada, eso va a repercutir en mi salud y mi estado mental y no voy a poder disfrutar todo lo hermoso que tengo ahora y que me hace feliz. Me hace feliz saberlos bien, saberlos sanos, con planes y proyectos, con almuerzos especiales, con English tea, con parrillas, con vinitos y piqueítos para acompañar las conversaciones, los partidos de fútbol… nada muy especial pero cosas que hacen bien al corazón y a la panza.
Y eso es también lo que tratamos de hacer en casa, invito a los tíos viejitos a almorzar, visito a tía Nelly, trato de tomar un café (a media mañana es más seguro) con alguna amiga, coordinamos la ayuda a las Ollas comunes que apoyamos y/o los albergues (gracias a América) , atiendo mis plantas, mis perros y preparo y dicto mis clases, hago un poco de yoga o elíptica y felizmente estoy bastante mejor de los problemas de columna que tuve estos dos últimos años.
Los quiero mucho, estoy orando por todos nosotros y por las familias en todo el mundo que se ven amenazadas por la violencia, la pobreza y la corrupción y aunque esta frase la dice Eduardo para Navidad, para mí es en estos momentos en que cobra más sentido: Que Dios nos bendiga a todos.