Saturday, 3 August 2019

Morir de amor




Nunca conocí personalmente a Oriana. Solamente sabía que tenía un albergue para perritos y gatitos abandonados en Chanchamayo y que mantenía el albergue con la venta de miel, café y polen que varios de los que como yo no somos animalistas pero queremos a los animales comprábamos para apoyarla.

Hace un par de semanas me comentaron que había venido a Lima porque se encontraba mal de salud. Si bien ella se atendía por el Servicio Integral de Salud (SIS), le habían solicitado unas pruebas que, por más sofisticadas y costosas, tenían que realizarse de manera particular. Con la ayuda de algunas personas y doctores amigos se consiguió juntar el dinero para que se las hicieran a costo social. El resultado fue devastador: tenía tumores en el hígado y pulmones.

 Oriana tenía 40 años y había vendido todas sus cosas en Lima para ir a Chanchamayo a atender el albergue. Ella y su novio trataban de mantenerlo a flote para darle una posibilidad de vida a tantos animalitos abandonados por ser mestizos, feos, grandes, viejos, bulleros o simplemente porque algunos dueños de mascotas las dejan sueltas en la calle (a veces para no recoger lo que hacen) y además no las esterilizan y cuando aparecen las crías las abandonan.

La preocupación de Oriana al saber que estaba seriamente enferma era que la ayudaran a curarse para poder vivir y atender a sus “hijitos” como ella los llamaba…casi 60 en total!!. Se debía pagar agua, luz y alquiler del albergue además de a la persona que ayudaba con la limpieza y cuidado pues ella por la enfermedad ya no podía hacerlo.  Cómo no ayudarla?, cómo no atender a esta muchacha que clamaba por más vida?. Se recolectó dinero nuevamente entre los animalistas y personas  que sin conocerla atendieron su súplica y se logró juntar dinero para comprar comida y pagar algunos gastos del albergue. Entre el soponcio de la morfina que mitigaba un poco los dolores terribles que debía tener, Oriana sonreía aliviada de saber que sus “hijitos” no habían sido abandonados.

Oriana falleció hoy y tal vez se pueda especular que si hubiera acudido al doctor antes podría haberse salvado. Tal vez si esta campaña de ayuda a Oriana se hubiera hecho mucho antes, no hubiera estado tan desesperada por atender el albergue y la enfermedad no hubiera avanzado tan brutalmente como lo hizo. Siempre la muerte nos deja muchas preguntas sin contestar!. Lo que me tiene desolada es que existe la posibilidad que sacrifiquen a los animalitos por los que Oriana tanto luchó.  Sé que algunas personas dirán que hay familias, madres, niños y ancianos que necesitan ayuda y que son más importantes que los animales. ¿Pero acaso uno elige a quién amar? Oriana amaba a su familia, a su novio y tenía tanta capacidad de amar que emprendió esta cruzada para apoyar a estos animalitos abandonados que no hablan ni tienen familia que los proteja y cuide porque los amaba.

 Yo estoy sorprendida  y agradecida por la reacción de tantas personas que sin conocer a Oriana la han apoyado  en estos días tan tristes y espero que en recuerdo de ella y de su amor por los animales de su albergue no sacrifiquen a sus “hijitos” por los que tanto luchó y se pueda conseguir tiempo para poder trasladarlos y hacer una campaña de adopción que ya se ha iniciado pero que necesita más apoyo pues hay que seguir comprando comida mientras se hacen las gestiones y se consigue dinero.

El tiempo le falló a Oriana pues había un proyecto para crear una ONG de apoyo a su albergue, ojalá que no le fallemos y podamos poner a salvo a la mayor cantidad de animalitos, los “hijitos” de Oriana para que- donde quiera que esté- vuelva a sonreír.